Parece que nos rompe la vida, la sociedad, la convivencia, las
esperanzas, las ganas de colaborar, pero no sucede nada malo. O eso nos dicen constantemente.
Simplemente hay
que buscar a reparadores, mecánicos de la sociedad, gente que sepa reparar lo
estropeado.
Hay que humanizar las reparaciones, hay que socializarlas para que
lleguen a todos, hay que arreglar lo que no funciona en vez de quejarnos tanto.
Hay
que trabajar más para nosotros mismos, volvernos más egoístas sociales, pensar
más en las personas, en la vida, en los débiles.
Hay que consumir menos, pero
eso no es empobrecer, es simplemente volver a lo natural, a lo que hacían
nuestros padres a nuestra edad.
Somos esclavos del consumismo, y los amos son
los que nos llevan de la mano hacia la sociedad estropeada.
¿Quieres vivir en una sociedad rota o prefieres pelear por tus nietos?