En nuestra memoria de niño o de juventud permanece la marca de “Linimento de Sloan”
como el nombre de un medicamento de nuestra niñez, no que lo tomáramos
nosotros, sino que se lo ponían nuestros padres o abuelos.
Era una pomada para
los dolores articulares o tortícolis o contusiones varias. Y decían que era el bálsamo
de Fierabrás, que debía ser un tipo muy listo. Se anunciaba como un “mata
dolores” y a fe que los debía quitar pues lo seguían utilizando los adultos.
Hoy lo he encontrado en una farmacia de mi barrio y no he podido contener el
recuerdo ni la mano que quería hacerle una fotografía de recuerdo. Debí entrar a
preguntar si todavía se vendía. Es posible que el señor del anuncio, el del bigote torcido no haya sobrevivido al linimento.