La imagen de un producto, de una marca, de una empresa, es muy importante y de eso entiende mucho lo que hoy se llama de muchas maneras bonitas y antes simplemente era publicidad.
La imagen está compuesta de muchos elementos, algunos suaves y a los que casi no prestamos atención, pero que representan sin darnos cuenta el envoltorio de la actividad, de la marca, de la seriedad.
A los clientes o consumidores les debemos seriedad y confianza y para ello nada como asegurarnos de que estamos trasmitiendo aquello que queremos decirles sin interferencias ni errores. Para ello muchas veces hay que recurrir a profesionales externos pues desde dentro es complicado detectar errores incluso grandes. Nadie como alguien ajeno a la realidad del día a día de una marca o empresa, para que en pocos minutos logre detectar errores incluso graves en el posicionamiento y respeto de un producto. Nos asombraríamos del resultado de revisión de calidad de un producto que se detecta en los primeros minutos de análisis. Sobre todo por que el profesional de la auditoría de calidad, de marca, de ventas, de productividad, tiene la experiencia de muchas otras revisiones anteriores y simplemente compara.