El grupo de Economistas Frente a la Crisis han publicado un decálogo con propuestas en materia de política económica para el contexto europeo.
En el documento inicial tenéis resumidas las 10 propuestas, y en él podéis acceder directamente a otros documentos que se centras exclusivamente en cada una de las propuestas. En la siguiente lista encontrareis todos los documentos:
- Reducir el desempleo debe ser la prioridad de la política económica
- Para conseguir un crecimiento equilibrado el esfuerzo debe ser simétrico, énfasis en los desequilibrios entre países de la Unión
- Suavización del proceso de desapalancamiento privado y minimización de sus costes
- Estabilidad Financiera para la economía productiva: Acabar con la fragmentación financiera para que fluya el crédito a las PYMEs: Culminación sin matices de una Unión Bancaria de tres pilares, puesta en marcha de un programa del BCE para la concesión de financiación a las entidades financieras, condicionado a la concesión de créditos al sector productivo y ampliación de los fondos del BEI para diversificar las fuentes de financiación de las PYMEs.
- Políticas medioambientales para impulsar el necesario cambio de modelo productivo
- La arquitectura europea debe completarse con un pilar social: Salario mínimo interprofesional para todos los países y renta mínima de reinserción
- Reformas en la Gobernanza Fiscal: Una política fiscal para el crecimiento y el empleo. El presupuesto de la UE como elemento estabilizador del ciclo: Política fiscal como instrumento contracíclico
- Reformas en la Gobernanza Financiera para la estabilidad y el crecimiento: Unión Bancaria y mutualización de riesgos: Unión Bancaria que se asiente sobre los tres pilares de supervisión, resolución y garantía de depósitos común y la introducción de Eurobonos.
- Reformas en la Gobernanza Monetaria: El BCE al servicio de la cohesión económica y social: Actualmente está incumpliendo su mandato.
- Reformas en la Gobernanza Política: Reequilibrio de poderes para atajar el déficit democrático: Hay que aumentar el grado de inclusividad de los ciudadanos europeos en las decisiones que les afectan y reforzar el papel del Parlamento Europeo.
Urge introducir un extenso debate sobre la Europa que queremos, y no quedarnos a las puertas de una negación total ante una Europa que no nos gusta o la aceptación implícita de una Europa que es extensamente mejorable de cara a la sociedad y sus ciudadanos.