Nadie en el mundo mundial, menos en Europa supieron atajar
las protestas sociales de Ucrania, mezcla de populismo manipulado, ceguera policía
y dirigentes ucranianos corruptos e incapaces.
Si quien mandaba en Ucrania
representaba la dictadura democrática de la corrupción y el despotismo, quien
manda ahora es una mezcla de extrema derecha e ideas populistas peligrosas que
mezcladas pueden apagar las pocas luces que quedaban. Mientras tanto ni Obama
supo darse cuenta que Rusia nunca permitiría la pérdida de su salida natural al
Mediterráneo ni Putin supo hacer otra cosa que no fuera esperar a que todo se
estropeara más poco a poco. Nunca sabremos quien disparó contra los
manifestantes de la Plaza de Kiev causando muchos muertos civiles, pero si
sabemos a quien le ha beneficiado aquello.
Ahora a la suma de errores se añade el miedo a que todos nos
sigamos equivocando y se acabe tan mal como nos estamos acostumbrando cuando
son los bobos de la alta política los que juegan al ajedrez. Repitamos todos “Rusia
no permitirá NUNCA no tener salida al Mediterráneo”, y esto aunque suene feo
desde el punto de vista de las libertades de Europa y de Ucrania es inamovible.
Simplemente por que de perder su salida estratégica, los propios rusos
encorreran a gorrazos al Putin de turno que lo consienta y será pan para hoy y
hambre para mañana.