Putin tenía este lunes tres posibilidades y ha optado por la más sencilla. Podría no haber hecho nada y dejar que la lógica fuera andando durante semanas hasta llegar a la adhesión de Crimea como fruta madura. Podría realizar lo que ha hecho firmando el mismo lunes la incorporación de Crimea legalmente a sus dominios rusos para demostrar arrestos. Y podría haber iniciado una invasión lenta de Ucrania por su zona sudeste.
Esta tercera opción no está descartada como muy bien saben todos en Europa o EEUU. Putin simplemente se está comportando como un dirigente cabreado al que se le están saliendo las gotas de su vaso de agua lleno de paciencia.
Y lo digo desde la posición de no estar de acuerdo con las decisiones de Rusia, pero de entender que la lógica política y diplomática se mueve con un libro de estilo muy recurrente. Rusia no podía consentir una Ucrania fuera de su control y mucho menos una Crimea en manos de sus enemigos mundiales. ¿Alguien no entiende esto? ¿Nos hemos dado cuenta de lo que representa Crimea para Rusia?
Si Occidente quiere recuperar o tener como amiga a Ucrania tendrá que entrar en guerra contra Rusia y ganarle la pelea. Nunca se logran posiciones estratégicas tan importantes como Ucrania por el camino de las elecciones democráticas o las presiones de los ciudadanos. Es la diplomacia bélica o la política estratégica o los deseos de los líderes mundiales de pasar a la historia como los que no aceptaron perder el poder de su nación, de su Patria o de su sociedad. A Putin le importan tres pitos lo que opine EEUU o Europa, simplemente no acepta pasar a la historia como el que perdió los últimos de Filipinas.