También es posible que los humanos estemos enjaulados
delante de los paisajes de nuestras vidas. Que incluso las aves que nos
sobrevuelan tengan mucha más libertad que nosotros pues no dependen de un
sistema organizado para aprovecharse de nuestra actividad. Somos productores,
consumidores, impositores y obreros de la construcción de la sociedad. Otros en
cambio, escondidos ellos, saborean junto a los pájaros aquello que les dejamos
de más. Solo tienen que sobrevolar e ir recogiendo aquello que vale y es un
plus para mantenernos con vida. Sí, aquello que los marxistas viejos llamaban
plusvalía.