Cuatro soluciones básicas ante el problema de Corrala Utopía en Sevilla

Los españoles nos vamos demostrando poco a poco —pero sin pausa— que somos incapaces para gobernar o gestionar entre equipos que atiendan principalmente el trabajo a desarrollar, antes que la ideologías o las soluciones interpuestas que sirvan para defenderse cada uno. Y me explico.

Salta al problema de Sevilla, el desalojo de la corrala “La Utopía”, el enfrentamiento entre la Consejera de Vivienda y la Presidenta del Gobierno andaluz, y nos volvemos todos incapaces de resolver la situación y el problema de las familias que se quedan en la calle sin vivienda, que queda tapado por el de dos partidos políticos de izquierdas que entienden de distinta manera las formas y los derechos. Mal vamos. Por cierto, ambos tiendes razones y ninguno de ellos una sola razón, pues hay varias.

Al PSOE siempre la ha jodido mucho gobernar junto a otras fuerzas políticas, sean IU, CHA o quien aparezca por su izquierda. No así cuando tiene que gestionar con partidos a su derecha, léase PAR. Ellos sabrán (y nosotros también) por qué. Pero mientras tanto los que sufren son las personas, los ciudadanos.

Como el problemas de Andalucía tiene una solución no sucede nada, se intenta buscar esa solución, en vez “de la” solución para las familias. A algunos les interesa un adelanto electoral en Andalucía, unas elecciones autonómicas fuera de hora y que vendrían a posicionar mejor a Susana Díaz. Y a IU también le vendría bien un adelanto electoral pues sabe que está subiendo y no se cree los sondeos que dicen a veces que el PSOE andaluz podría sacar mayoría absoluta. Al único que le pillan sin pie ni base es al PP que está preocupado con esta posibilidad. ¿Las personas sin vivienda?, bien, asustadas, muy preocupadas. Como siempre.

¿Soluciónes? La primera esperar a que vuelva de su viaje oficial la Consejera de Vivienda. La segunda templar gaitas y calmar la pelota. Tercero realojar a las familias en hostales o de forma provisional hasta que se pueda resolver la situación, que puede ser cuestión de dos o tres días. Cuarto estar más pendientes de todos los problemas sociales que se producen cada día, para que no se solapen las importantes con las urgentes, las legales con las que se orillan por el estrecho camino de la ley de la extrema necesidad.