Hay que molestar a los poderosos, hay que ser severos y
duros con los magnates del poder, con los dueños del futuro y del negocio, con
los avaros y los gobiernos que benefician a los ricos, con los corrompidos por
el dinero o el poder.
Si demostramos la debilidad que ellos esperan se crecerán
aun más. Su obligación es la de ganar a costa nuestra y la de no dejarse
molestar. Se defenderán contra los que molestamos, pues además de tener y
poseer la tierra quieren tener las razones y los cielos abiertos.
Dominan las
religiones, los políticos, los bancos, las naciones, los militares y los guardias.
Los medios de comunicación y las justicias. Dosifican las quejas del resto a su
antojo para lograr parecer sin que sean verdades que arrecien y molesten mucho.
Hay que recordar que la inmensa mayoría de los bueyes nunca
saben que son bueyes ni que tiran de un carro pues se les tapa los ojos para
que solo vean el camino por donde deben seguir empujando. Nunca se les permite
ver el sol ni las veredas.