Primero fue Arias Cañete y ahora es Felipe González. Les pone
formar una gran coalición entre el PP y el PSOE como si estuviéramos en guerra o
en las puertas de la debacle. Claro, es SU debacle, pues ven perder sentido
social al bipartidismo y dicen tonterías para salvar los muebles.
Para la izquierda real y para la derecha más orillada les
vendría de maravilla que cuajara esta idea. Si ahora se dice que es lo mismo el
PP que el PSOE, tras unos años trabajando en coalición o con gobiernos de concentración nacional quedarían en menos. Las
coaliciones solo interesan a los pequeños y además siempre llevan un precio muy
alto que hay que asumir desde el primer día. Alguien mengua y a veces mucho,
aunque sea a costa de la gobernabilidad.
Felipe González no quiere que en España gobiernen las
izquierdas reales con ellos y por eso se agarra a un hierro popular. El PP tras
sus políticas actuales sabe que no será capaz de lograr apoyos parlamentarios
ajenos al PSOE y si acaso a UPyD que sabe muy bien que pegarse a un grande les
cortaría las alas del crecimiento.
Algo me está oliendo a una repetición de la UCD y su
incapacidad para respetarse a sí misma.