Todos queremos avanzar en nuestros propósitos, en alcanzar las ideas que nos proponemos, algo que se nos antoja a veces muy complicado. Veamos algunos consejos para intentarlo con más seguridad.
Fracasar es normal, lo que no es tan normal es levantarte ante cada fracaso. Aprender a levantar el ánimo, la cabeza, las ideas, tras cada tropezón o caída, es fundamental para aprender y para alcanzar el éxito.
Aprende de todos los lugares en donde se enseña algo. Conversaciones, debates, lecturas, conferencias, libros, internet, blog, apuntes, vídeos. Conviértete en una esponja. No intentes enseñar, sé humilde y aprende. Si eres capaz de enseñar, vendrá el momento más tarde para demostrarlo.
Nada es sencillo, ni fácil o cómodo. Todo requiere que te esfuerces, es lo normal. Si alguien te dice que “eso” es fácil, no le creas. Pero la complicación es lo habitual y a lo que te tienes que acostumbrar.
Ponle alegría a tus trabajos, a tus ideas, a tus proyectos. Incluso a tus fracasos. No te canses, no te agotes, sigue peleando pues el triunfo solo llega cuando estás trabajando sobre él.
Calma, mucha paciencia, otra vez calma. Es bueno que se note que dominas el tempo, que sabes templar los momentos complicados. La serenidad hay que tenerla sobre todo ante los fracasos para aprender de ellos.
El éxito tarda en llegar casi siempre. Pero es que lo que merece la pena cuesta siempre. Si se obtiene de forma rápida no se valora como se debe. Los triunfos son tuyos y te perteneces, sobre todo, si los has fabricado tu y con tus fuerzas.