Ayer El Roto nos volvió a mostrar la realidad de la sociedad española que camina por distinta senda de la que intentan meternos los que mandan. Si hay tormentas y tras ellas inundaciones de problemas, estos tienden a crecer aunque le pongamos puertas de madera al campo anegado. Las aguas del cabreo van en aumento y no se pueden detener con las manos llenas de dineros de SICAV