Todos tenemos que ofrecer servicios que son adquiridos por
nuestro clientes. Incluso los que no tenemos empresas o tiendas. En realidad en
nuestros puestos de trabajo los que nos pagan nuestro sueldo son los clientes,
aunque en realidad los que nos lo racanean son los que hacen de “jefes”.
Por eso es muy importante saber tratar bien a quien nos va a
pagar el sueldo mensual, para que no se cabree, quede contento y nos lo siga
pagando cada mes. Veamos algunos trucos.
A un cliente hay que
decirle sin que se de cuenta que no nos interesa su dinero, que lo que
realmente nos interesa es su fidelidad.
Es muy importante
lograr que un cliente vuelva y realmente no es tan complicado. Si deja de
volver es por tu culpa. No lo dudes. Simplemente hay que buscar el error e
intentar resolverlo.
Al comprador hay que
mostrarle empatía, ser cercano y escucharle. No es nada sencillo esto, pues
nuestros intentos son los de vender “ahora mismo” cuando en realidad deberíamos
estar pensando en vender “dentro de un año”.
Escucha y no
interrumpas. Si tienes que preguntar que sean dudas sencillas y rápidas. Él
espera de ti que seas un gran profesional que entiende todo a la primera.
Efectivamente es complicado, pero para eso ha abierto tu puerta.
Nunca te distraigas
con tu cliente. Y menos todavía atender una llamada telefónica de otro cliente.
El está allí, ha venido a verte, y no admite bien que otra persona que sin
moverse de su casa llama por teléfono, sea atendida antes que a ti, o que te
deje con la palabra en la boca. Si hay que hacerlo, pide permiso a tu cliente
presencial.
Si te duelen las muelas,
la entrepierna, la tripa o los problemas que tienes en casa, no lo dudes. Sonríe
siempre. Siempre no es “a todo” sino en todas las ocasiones necesarias y al
menos en la entrada y salida del cliente.
Sé amable, sé
agradable, sé alguien que entiende a tu cliente y se acerca hasta comprenderlo.
Se paciente aunque esto a veces cueste mucho. Hay clientes bordes, pero es que
incluso ante ellos siempre hay que recordar que hay cliente más bordes todavía.
Pero que el peor escenario posible es no tener clientes.