Uno no sabe cuando debe cambiar, incluso muchas veces los
cambios le vienen de improvisto, de golpe, sin prever, sin preguntar. Pero
nunca permanecemos estáticos ante lo que nos rodea. Se mueve todo el papel que
no envuelve, por eso es necesario movernos también nosotros para no quedar
desplazados.
Esta ventana ha cambiado de color, levemente de estructura,
de orden más bien. No es frescura, si acaso más limpieza. El blog necesitaba
convertirse en más sencillo a la vista, si quería ser más pesado. No hay que
saturar con colores y excesivas formas, no hay que cansar. Hoy parece nuevo,
mañana parecerá clásico, en breve necesitará otra vez cambios. Es curioso que
las cabeceras de los periódicos se mantienen durante años y en cambio las
nuevas tecnologías parecen necesitar pulidos y abrillantados cada pocos meses.
Somos unos inconstantes ¿no?