Todos necesitamos tener una relación sana y eficaz con alguna persona cercana, a ser posible con una pareja con quien libremente queremos compartir parte de nuestra vida. Vivir solos es también una opción, pero aun así es importante tener a otra persona en quien confiar y compartir parte de nuestra vida, que no tiene que ser siempre la convivencia diaria. Y no siempre estamos hablando del amor.
Tener un gran amigo, una persona con quien compartir parte de la vida es importante pero se debe basar en la confianza, en el compartir aquellas cosas que nos influyen, nos importan. Tener confianza en alguien es complejo, va en aumento con el tiempo y depende de ambas partes. Si estamos junto a alguien que no es capaz de intercambiar la confianza, si no es bidireccional, lo mejor es abandonar, dejar la relación compartida para convertirla en una simple relación de amistad.
Hay que comunicarse muy bien, que no siempre es lo mismo que comunicarse mucho. Aquí lo importante no es hablar mucho entre ambos, sino hablar con sinceridad y con “calidad”. Tan importante es hablar como escuchar, tan importante el idioma verbal como el de los gestos.
En una relación ambos somos diferentes. Simplemente distintos. Por eso nunca hay que intentar cambiar al otro, sino aceptarlo, asumir sus diferencias, tolerar lo que no nos gusta de la otra persona, pues estamos seguros que por su parte hará igual con nosotros.
Si importante es comprendernos, más es respetarnos, aceptar nuestras formas de ser, nunca poner en una discusión frases hirientes, nunca sacar los colores al compañero, nunca señalarle con el dedo de la envidia o la falta de respeto. Todos tenemos errores sobre nosotros, pero nunca hay que recordarlo en momento de ira, con mala baba, con odio momentáneo.
Todas las relaciones deben ser entretenidas, alegres, divertidas, completas socialmente, compartidas, respetando los tiempos y los espacios personales de cada uno, dejando que siempre hay un lugar y un tiempo para cada uno sin tener que contar con el otro. Es bueno tener relaciones en las que el otro no entre, tiempos en las que el otro no intervenga.