Los créditos rápidos, los préstamos a la necesidad urgente
que se han inventado algunas empresas apoyándose en los vacíos legales, son más
que usura, son simples negocios que emplean las trampas que les dejamos
abiertas, para cobrar lo que les viene en gana.
Ahora ya no dicen ni TAE ni minucias banales. Ellos ya no
cobran intereses ni TAE, no tienen que explicar qué interés aplican a sus
créditos. Simplemente aplican “gastos”, “comisiones”, y si la empresa es muy
fina y elegante a esa usura la llaman “honorarios”.
Por 500 euros a un mes te cobran 155 euros en concepto de
honorarios. Y no te cobran interés, te lo regalan, que para eso son buenas
gentes. Ellos ya no entienden de interés, ni de comisiones que suelen sonar a
feo. Solo honorarios como si fueran el dentista o un abogado de postín. Una nueva manera
legal de darle la vuelta a las cosas, por no tener en Ley las cosas claras y
sobre todo, por que los bancos habituales no quieren conceder créditos a las
personas. Excepto si no los necesitan. Pero España funciona bien. Sobre todo
para algunos. ¿Y la Justicia?