Alguna vez habréis oído hablar de la soledad en positivo, de esa necesidad de estar solos, de tener un espacio y un tiempo en donde nos encontramos con nosotros mismos. De ese tiempo que todos necesitamos cada día, para dedicarlo a nuestro encuentro, a hablarnos o a simplemente descansar plácidamente o a disfrutar de algo simple pero que nos gusta, y que pueden ser muchas cosas personales, pero que acompañadas de una dedicación totalmente para uno mismo sirven para algo más que para recargar la vida, para darnos placer sobre lo sencillo de la vida.
Todos necesitamos media hora al menos cada día, para dedicarnos en armonía y silencio, en soledad pero acompañados de nosotros a repasar el momento, a parar la pelota y repensar, a simplemente dejar llevarnos por la vida desde la nada. El vacío es importante.
Leer un libro en silencio o con nuestra música, hacer unos ejercicios de respiración o de relajación, escuchar sonidos que nos recuerden algo, simplemente estar relajado con muy poca luz, tomar un café en un local leyendo el diario, jugar en el tablet, escribir un diario o un blog, hacer algo de gimnasia, ver cine sin pensar en nada más, ver imágenes antiguas.
Todos tenemos algún deseo diario que nos resulta complicado realizar y que nos gustaría disfrutar con calma. Por ello necesitamos esa media hora diaria de soledad organizada. Y hacerlo todos los días. TU tiempo te pertenece, simplemente la vida te está pidiendo media hora diaria para ti, es muy poco.
Si dedicas media hora al día para ti que también existes aunque a veces dudes, las otras 23 horas y media que te quedan te rendirán mucho más que las 24 horas de antes, le resultarán más placenteras, todas, una vez que ya has encontrado esa media hora para disfrutar TU.
Es posible que haya días en los que eso sea imposible, bien, aceptémoslo, como debemos aprovechar de esos otros días en los que en vez de media hora podemos disfrutar de una hora entera. Pero seguro que a poco que te sepas organizar serás capaz de encontrar esa media hora para ti.