Publica hoy José Oneto que lo de Jordi Pujol podría ser de 600 millones de euros, que serían como 100.000
millones de aquellas pesetas de la herencia, que parecen muchas pesetas para
tamaña trampa. Así que insinúa que aquella herencia fue creciendo no se sabe bien
cómo y ahora estamos donde estamos.
Para Jordi Pujol ha debido ser un drama estar 34 años con la
doble cara de ser honorable Presidente de Cataluña que insistía siempre le robaban
desde Madrid, y además tener escondida una trampa de tanto tamaño. Lo ha tenido
que pasar muy mal, el pobre honorable, con esa disyuntiva. Así que nunca
encontraba tiempo para legalizar el asunto, algo normal en una persona
honorable tan ocupada con sus asuntos catalanes.
Tenía tiempo para seguir presentándose a las reelecciones,
eso si, y para pactar con el PSOE o con el PP según lo necesitara España y Cataluña
para sus avances. Tenía tiempo para gobernar Cataluña pero no tenía tiempo para
gobernarse él mismo. Lo que nos demuestra que era un gran patriota que anteponía
antes Cataluña a sus temas personales. Pero no lo hemos comprendido.
Artur Mas que es un alumno que se fijaba mucho, ha dicho que
estos temas son asuntos familiares y es verdad. Son tan familiares como que los
beneficios de esa herencia y de sus trampas solo se los reparten la familia. No
son para todos los catalanes. Lo malo es que desde el resto de España
empezaremos a meter el dedo en el ojo para joder, seguro, pues tenemos envidia
de que nuestros padres nunca nos han dejado tamañas herencias en paraísos.
¿Qué marca de whisky se sirve en los paraísos?
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