Ayer una amiga me comentaba que ella no ve las noticias, no sigue nada de la televisión que no sean películas o series, que todos los demás programas le dan miedo. Que incluso prefiere simplemente reírse que ponerse a pensar según lo que casi le obligan otros.
Violencia, odio, discusiones para nunca entenderse, malas caras, asuntos odiosos o mentiras para manipular y engañarnos.
Cada día hay más personas que intentan huir de los medios de comunicación, los telediarios o los programas en donde se habla de política, de las tertulias y de las opiniones de los que parecen vendedores de humo.
La gente busca la calma, la tranquilidad, el sonreír, lo vacío de dobles intenciones pero que llena de satisfacción por su calma, su sosiego.
Creo que estamos avanzando poco a poco en una vuelta atrás libre y decidida, para saborear mejor con menos, pero sin perder de vista la modernidad lógica y no consumista de este siglo XXI.
Muy seguramente menos es más y sobre todo más sabroso y válido. Deberemos aprender.
Violencia, odio, discusiones para nunca entenderse, malas caras, asuntos odiosos o mentiras para manipular y engañarnos.
Cada día hay más personas que intentan huir de los medios de comunicación, los telediarios o los programas en donde se habla de política, de las tertulias y de las opiniones de los que parecen vendedores de humo.
La gente busca la calma, la tranquilidad, el sonreír, lo vacío de dobles intenciones pero que llena de satisfacción por su calma, su sosiego.
Creo que estamos avanzando poco a poco en una vuelta atrás libre y decidida, para saborear mejor con menos, pero sin perder de vista la modernidad lógica y no consumista de este siglo XXI.
Muy seguramente menos es más y sobre todo más sabroso y válido. Deberemos aprender.