El dinero trae poder y el poder trae dinero. Si además
algunos han encontrado la forma de con dinero tener poder y que sea un poder
agradable y simpático, se sientes los más felices del mundo. En los tiempos en
que la política está minusvalorada, el dinero puede llevar al poder sobre los
deportes o el ocio, que es una manera de tener poder muy simpática para quien
la detenta.
Hay millonarios que simplemente invierten en el deporte para
hacerse más millonarios y mientras tanto divertirse y ser bien tratados y
reconocidos, algo que desde la política es imposible. Compran y vender
personas, se mueven entre los círculos de más poder, viajan y se codean con
similares, juegan a ganar y sufren cuando pierden como cualquier empresario o
político.
El gran y nuevo éxito de esta empresa de millonarios es la
de tener varios equipos deportivos con diferentes nombres y distintas ciudades,
dentro de la misma especialización. Aquí ya el negocio y la diversión resultan
casi completas.
Pueden jugar a intercambiarse personas entre las distintas
empresas, a potenciar unas en detrimento de otras, a formar franquicias dentro
de las competiciones internacionales y a ser tenido por respetable pues mueven
muchas posibilidades, resultados, jugadores, apuestas, medios de comunicación,
obras urbanísticas, publicidades complejas, etc.
Pueden incluso intentar y lograr que los deportes se
exporten entre países para mover mercados, crearlos y dominarlos. Y siempre
recibiendo sonrisas a costa de inversiones que a veces pueden ser incluso
piramidales. No me dirán que no es una forma simpática de hacer negocios
mientras se divierten ¿no?