Curiosamente cuando al Primer Ministro de Francia solo le
respaldaba el 36% de los franceses hace dimitir a todo su gobierno en un acto
sin precedentes en la Europa de la crisis. Aquí en España con un 36% de
popularidad vuelan las copas de cava. Manuel Valls lo tiene complicado ahora,
pues encontrar a socialistas que no quieran ser socialistas no será fácil, pues
serán señalados con el dedo. Si acaso buscará tecnicistas, otros gobierno de
técnicos contra los políticos en la Europa mareada.
De poco le ha servicio a Angela Merkel abrazar a Santiago. O
al revés, tal vez incluso fue eso lo que le pidió al Santo. Nunca lo sabremos.
Pero si escuchamos al ministro de economía francés, cesado
pero no callado, las cosas están más claras. Según el ministro de
Economía, la política de austeridad es "ineficaz e injusta" y origina
"un sufrimiento inútil" a los ciudadanos franceses. Los resultados en
Francia, con una economía estancada y un paro al alza, le dan la razón, cree el
ya exministro Montebourg, a la hora de impulsar "soluciones
alternativas" diferentes a las que quiere imponer Alemania a toda Europa.
Cuando Zapatero presentó aquel aciago
día de mayo de 2010 los recortes para salvar a España no hubo ministros que
salieran a decir ni pío. Todos tragaron con las opiniones del “jefe”. Y todos sabían
que las órdenes no provenían de Zapatero sino de Europa o incluso de los EEUU.
Pero asintieron con el silencio. Todos. Así que ahora están recogiendo los
frutos de los silencios, pues aun asumiendo que a veces hay que obedecer, no
está mal que se expliquen las cosas y se discrepe abiertamente.