Todos tenemos la sensación de que la televisión es un
ejemplo a evitar. Pero en la misma tarda en la que Telecinco de la mano de la
Benenito lanza sus asquerosas lágrimas y sus insultos contra todo bicho
viviente, incluido su marida o en la misma noche en las que nos enseñan la
sangre de niños destrozados en las guerras tenemos un documental en La2 en
donde nos muestran las cataratas Victoria del río Zambeze, un lugar que en la
inmensa mayoría de los casos no tendremos la oportunidad de ver nunca.
Pero preferimos ver las infidelidades del Amador en
Telecinco, tal vez como cura ante problemas propios. No queremos disfrutar de
un documental que nos muestran vidas que nunca podremos observar. Contra dos
millones de espectadores, a lo sumo 50.000 personas viendo las cataratas. Algo
falla en nuestro interior y no nos estamos dando cuenta. hay que conocer las barbaridades que ahce el ser humano con otros seres humanos, pero no convertirlo en lo único que nos parece interesar.