¿Y si la revolución fuera el amor? ¿O si simplemente el amor
fuera la auténtica revolución? De cualquier forma de lo que estoy seguro es de
que el amor bien repartido es una revolución, pues no es lo habitual. Solemos
repartir los dineros…; bueno, poco; pero lo que repartimos todavía menos es el
amor. Somos egoístas para el amor, nos
lo quedamos para nosotros. Nos queremos pero no lo queremos compartir. Estoooo…,
no, eso no, eso se llama sexo.