Si cada vez es más complicado tener un empleo estable por cuenta ajena, debemos asumir que el autoempleo es una posibilidad válida si sabemos emprender una idea de negocio y crear así nuestro propio puesto de trabajo que puede servirnos para salir definitivamente del desempleo.
Pero antes de seguir pensando sobre esto, lee mucho y en muchos lugares diferentes y analiza tus fortalezas y tus debilidades. Tanto si aciertas como si te equivocas, tú eres el único importante y el único que debe tomar las decisiones finales.
Lo peor de todo sería caer —nada más comenzar— en una mala planificación de tu propio proyecto.
Debes tener un plan de negocio, un modelo de empresa al tamaño de lo que de momento eres capaz de realizar.
Si quieres emprender tu propio idea, cuenta con un equipo mínimo de asesores. Tu familia, tus amigos, tus profesores, tus colegas de profesión o tus nuevos socios, son las posibilidades más sencillas y cercanas.
Recuerda que además de fabricar productos o servicios…, hay que saber venderlos.
En todo proceso de creación de empresas hay que delegar muchas veces. Y para ello es imprescindible saber delegar. Parece fácil pero hay muchas personas incapaces de hacerlo con los componentes de tu equipo. Pensarán que si vas a empezar tu solo no te afecta esto, y es falso. Delegar es también confiar en tus asesores contables o en tus proveedores.
No te fíes de nadie. Tampoco de ti mismo. Pero aprende a fiarte de todos. Es un juego complicado, pero es imprescindible. Hay que ser críticos pero solo en la justa medida. Controla todo, pero confía en quien hayas elegido para que te acompañe, sea como banquero, proveedor, colaborados o socio.
Debes tener un capital remanente para iniciar una actividad de autoempleo. Desde la nada es imposible. Si no lo tienes busca a quien lo tenga, ofrécele el proyecto, convéncele. Hoy es mejor compartir que tener que deber.
Nunca se está mal acompañado si eres tú quien ha elegido la compañía. Si acaso se está equivocado en la compañía, pero ha sido tu decisión. Elige bien a tus socios, pero una vez que los hayas elegido, a muerte con ellos.
Tener ideas no quiere decir que esas ideas sean negocios, o que sirvan para el autoempleo, para emprender un servicio que sea rentable, que interesen dentro de dos años. Por eso todas las ideas deben pasar los filtros ajenos que les saquen los colores y las dudas. Calma, una buena idea no requiere que se ponga mañana mismo a funcionar. Hay que dejarla posar y escucharla como pide a gritos que necesita salir a correr.
El cliente es quien te paga el sueldo mensual. Cuídalo como si te estuviera alimentando cada día, como si fuera quien te pagar el coche que usas. No lo tires antes de haber logrado otro.
Está prohibido crecer muy rápido. Está prohibido cerrar muy rápido. Repite estas dos frases mil veces mil. Calma y serenidad.