Hay parques donde las ardillas huyen de los humanos, pero que a poco que te empeñes y pongas cara de buena persona, se paran a observarte y a intuir si les puedes dar algo de comer.
En otros parques son las personas las que huyen de las ardillas ante el miedo de que se les acerquen pues parecen ratas con largo rabo peludo.
En Madrid las hay en el parque del Retiro, aunque se ven muy poco.
Esta es de Birmingham y se acaba de pillar una piña tierna para el almuerzo.