Con los años, es decir cuando ya son excesivos, valoras la libertad como algo fundamental y complicado de lograr. Siempre lo es, con más edad es menos, pero en cambio al valorarla más cualquier falta se lleva mucho peor. Pero no tanto la libertad individual, que también, como sobre todo esa libertad tan curiosa y complicada de la libertad de tiempo, de hacer lo que venga en gana sin dar explicaciones. En solitario o en conjunto.
Pero es imposible creer que no tienes tantas obligaciones ni dar explicaciones por que simplemente tengas más años de los necesarios, eso no nos libra del respeto, de la educación, del pedir permiso. Pero muchos de nosotros ya llevamos excesivos permisos pedidos y muchos denegados y se nos hace complicado seguir pidiendo porfavores. Así que nos los tomamos, si podemos.
Por eso los viejunos somos más cascarrabias, parecemos más ásperos, menos educados. Es que creemos tener derecho de uso, derecho de malgastar nuestro ya poco tiempo, aunque todavía sea mucho para nosotros, pues es el todo.