Este chaval es demasiado honesto para fingir, nos lo dice y pone cara de bueno, pero cuando se alardea de la honestidad no te fíes. Los honrados nunca lo dicen, simplemente lo hacen. Los piratas honrados se notan de los otros en que nunca lo ponen en su apellido. Así que no te fíes de este blog, pues en su nombre apunta el pecado.