La cartelería es un arte menor, un diseño gráfico especial que escapa en parte del reconocimiento de otro tipo de obras artísticas. Pero tiene que tener un duende, un mensaje subliminal que enganche. No es fácil encajar la belleza con el mensaje fijo de unos símbolos de ciudad, de fiestas, de publicidad al final de todo. Pero si al crearlo se premia la belleza por encima del mensaje sin olvidarse de este, se logra el éxito en los carteles anunciadores de algo. Este bello cartel de Fiestas Populares en el barrio de San Marcelino de Valencia lo ha logrado, sin duda.