Leía hoy en la prensa las presuntas trampas que un tal señor Pujol ha debido hacer con más de 500 millones de euros para saltarse las normas escritas por el fisco. He sacado cuentas y casi se puede comprar una ciudad con tanta pasta y sin duda, algunos gobiernos de países pequeños.
Yo no sabría qué hacer con tantos millones. Debo ser tonto. Acumular tantos millones debe ser una enfermedad pues no hay tiempo para gastarlos. Debe ser un vicio por poseer números, por aparecer con muchos ceros en las contabilidades incontrolables. Con tanto dinero se podría pagar el sueldo anual a un batallón de 50.000 pobres trabajadores españoles de los que nunca tienen trabajo. ¿Qué se puede lograr con un equipo de 50.000 colaboradores a tu servicio durante todo un año?
Acumular siempre está feo, es no saber que la felicidad no se puede acumular. No es posible guardar en una caja 50.000 amaneceres, 500 millones de abrazos, ni tan siquiera 500 días de lluvia fina y olor a tormenta. Acumular dinero no sirve ni para gastarlo pues pesa mucho en la cartera. Si acaso y siempre que seas joven, para buscar pareja con ganas de fardar, que no era tampoco el caso. Creía yo.
Uno, al contar lo que qcumulas, no sé, al ver que ya llevas 100 millones por poner el caso, ¿a qué sigues acumulando más números si ya no sirven para nada bueno? Si acaso para poder repartir con ansia entre los que no lo tienen, pero si no te gusta repartir sino solo almacenar, no sé, no le veo la gracia a seguir jugando a viajar por países raros para que no te vean. ¿Para qué sirve tener 500 millones si no se lo puedes decir a tus enemigos para joderlos?