Los viejos piratas todavía recordamos los sabores de antaño, esos sabores que se quedaron grabados dentro de la dura cabeza, esas cosas sencillas que han funcionado siempre, las tapas o banderillas de nuestros abuelos que siguen estando en algunas tabernas con nombre antiguo. Quien no recuerda estos pepinillos con vermut de grifo, a granel, con hielo o sin hielo pues entonces no había pero son sifón que ya los jóvenes casi ni saben lo que es.
Se usa un pepinillo no muy fuerte, mejor si es agridulce para modernizar un poco la banderilla. Cortado por la mitad y “embuchado” con una lámina de bonito en escabeche aunque yo lo prefiero en aceite de oliva. Una piparra o guindilla vasca que casi no pique, un ajo en vinagreta, algo de pimiento rojo y una alcaparra o alcaparrón. Unas gotas de aceite de oliva para darle lustre y a comer. Con un bote de bonito de los de cristal, que sería lo más caro puedes hacer 6 u 8 banderillas como esta. Así que por poco más de medio euro la tapa puedes quedar de maravilla.