Se vuelve a escribir en los medios, de las posibilidades de tener en los balcones y terrazas de las ciudades un pequeño huerto urbano que según el espacio disponible puede ser más o menos útil.
Yo llevo años plantando tomates cherry y pimientos verdes que recojo cuando son pequeños, antes de que se hagan grandes para disfrutarlos enteros y fritos. Los sabores son diferentes. Pero además es muy sencillo tener rabanetas, ajos, cebollas, tomillo, perejil, menta, guindillas, hierbabuena, romero, orégano, judías verdes o lentejas, espinacas, puerros o ensaladas.
Con unos grandes maceteros puedes llegar a tener pequeños árboles enanos de metro y medio de altos que te pueden dar manzanas, melocotones y peras. Pero he visto vecinos que tienen tomateras de casi dos metros de altura, calabazas, patatas o berenjenas.
Depende del tiempo y las ganas, con una pequeña terraza y las mesas que ya se venden para tener pequeños huertos en terraza, más algunos libros o información de internet, puedes disfrutar de la naturaleza propia, de un pequeño huerto curioso en plena ciudad.
No sale más barato que comprarlo, pero sabe mucho mejor y sobre todo se disfruta una barbaridad viendo como salen o se secan, según se aprende o el tiempo te complica las cosechas mini. Pero cura el estrés de la ciudad y te entrega felicidad además de mejor sabor.