Don Quijote era un gran lector, una persona que se creía a las buenas gentes y las defendían contra todo pronóstico y problema. Tal vez leer mucho le supuso ser considerado como un loco delgado. O incluso y tal vez, por emplear lo que había leído, creérselo y practicarlo, un ser raro que defendía sus razones con toda la fuerza de sus armas de caballero.
Quien escribe miente. Siempre.
El escritor tiene un acuerdo tácito con sus lectores y le admiten que mienta para entretenerlos. Nunca hay que creer al escritor de novelas, excepto que avise de que son mentiras, en cuyo caso hay que sospechar que algo de verdad nos está queriendo decir. Cuando escribe sobre temas serios, ensayo lo llaman, simplemente añade algunas pinceladas nuevas a lo que otros ya han apuntado en sus viejos libros. Solemos ser recolectores de verdades ajenas. Otros locos como Don Quijote.