Solo si dedicamos pasión a las acciones que realizamos, si somos constantes en ellas, merecerán la enegía que les dedicamos.
El ser humano disfruta con empezar decenas de acciones, pero no se juzga mucho si tras comenzarlas no logra terminar mas que alguna. Es un tremendo error pues todas las acciones necesitan su propio tiempo para desarrollarse y suele ser diferente al que cada uno de nosotros estimamos correcto para esperar los frutos.
Hay que poner pasión en lo que se emprende, insistir hasta el agotamiento para lograr que merezca la pena. Si nos conformamos solo con comenzar el camino, nunca descubriremos a donde nos podría llevar. Antes de retirarnos, antes de abandonar el camino emprendido debemos preguntarnos si le hemos dedicado todo nuestro esfuerzo.
El ser humano disfruta con empezar decenas de acciones, pero no se juzga mucho si tras comenzarlas no logra terminar mas que alguna. Es un tremendo error pues todas las acciones necesitan su propio tiempo para desarrollarse y suele ser diferente al que cada uno de nosotros estimamos correcto para esperar los frutos.
Hay que poner pasión en lo que se emprende, insistir hasta el agotamiento para lograr que merezca la pena. Si nos conformamos solo con comenzar el camino, nunca descubriremos a donde nos podría llevar. Antes de retirarnos, antes de abandonar el camino emprendido debemos preguntarnos si le hemos dedicado todo nuestro esfuerzo.
Es cierto que las acciones continuadas pueden resultar pesadas, costosas, pelmas, incluso aburridas en algunos momentos. Pero solo con la insistencia lograremos crecer junto al proyecto. Y sobre todo podremos saber si aquello tenía el sentido que pretendíamos desde el principio. Solo poniendo pasión conseguiremos que sirva para algo importante aquello que comenzamos.
Sabemos que tenemos excesivos proyectos banales que fueron empezados y que al no continuar con ellos no hemos logrado que se diferencien de otros. Es mucho mejor un proyecto con dedicación y pasión que una decena que no sobresalen del conjunto.
Sabemos que tenemos excesivos proyectos banales que fueron empezados y que al no continuar con ellos no hemos logrado que se diferencien de otros. Es mucho mejor un proyecto con dedicación y pasión que una decena que no sobresalen del conjunto.