Las vidrieras de la Catedral de León en España son el máximo ejemplo de conseguir con la luz que se dibujen maravillosas obras de arte sobre las paredes contrarias o sobre las miradas de los espectadores. No son feligreses, son turistas aunque sean vecinos de León, que acuden a ver una maravilla mundial de buen uso de los contrastes y los colores.
Aconsejo acudir con un guía, local o de viajes, pero que sepa explicar los motivos, las técnicas, lo que se esconde dentro de cada vidriera medieval que flota en el ambiente religioso. De esta forma te trasportas a otro siglo y puedes soñar como lo hicieron los que las crearon para envolver a la Virgen María de Regla y a los Santos que se encerraban dentro de las piedras. No es luz, según dicen, es Dios que entra por los cristales.