“De nuevo se abrirán las alamedas por donde pase la Educación Libre…”
Santiago de Chile está viendo a cientos de miles de personas por las calles pidiendo una educación pública gratuita y de calidad, en un país que parecía avanzar decidido por el buen camino social y económico.
Chile todavía sufre en su interior la enorme división tras el Golpe de Estado de Pinochet, con una población dividida entre una gran parte de la sociedad que no quiere saber nada de la política e incluso la odia como en España y otra gran parte de la sociedad que sabe que sin la participación efectiva de todos, exigiendo igualdad y libertad, no se saldrá ante la historia como un pueblo capaz y unido en busca de las mejoras necesarias.
En el siglo XXI es necesario trabajar por mejorar el país de cada uno, repartiendo mejor la educación y la formación, pues ella es la que hace libres a las sociedades. Pero tener más formación no les interesa a todos, que también desean controlarla y repartirla según plazca.