En el blog amigo de “La mirada de Lluna” nos explican un juego para niños muy pequeños que aunque ellos indican como novedoso —y lo es pues hemos pasado unos años en los que se ha atendido diferente a los niños— es un tipo de juegos que en los años 70 y 80 ya practicábamos los padres con nuestros hijos, tras aprender y concoer técnicas educativas que nos venían del Norte de Europa.
Ahora lo llaman “La canasta de los tesoros” y nosotros lo llamábamos “El cajón o el cesto de juguetes” pero la función es parecida. Se les entrega a los niños entre los 6 meses y antes de que aprendan a andar un cesto de mimbre (que no se debe poder morder) o de plástico (más seguro), lleno de pequeños objetos cotidianos que no tengan peligro a la hora de manipular por los niños casi bebes. Los padres deben estar junto a ellos provocando la interactuación con los objetos, pero dejando libertad y sin intervenir más que como vigilantes, excepto que haya un abandono de la atención.
En la caja hay objetos que suenan, objetos blandos y duros, calientes y fríos al tacto, ásperos y suaves. Todos muy limpios pues la boca es un elemento a esta edad muy utilizado por los niños y que les sirve para tomar conciencia de los objetos. Ellos los cogen, los miran, los agitan, los lamen o no, los sueltan con rabia o suavemente, hacen ruidos y los entregan. Ellos observan los distintos colores, pesos, texturas, formas, sonidos e incluso sabores en la boca. No, no es un juego cochino si lo tenemos todo bien limpio. Y los niños saben defenderse bien de los gérmenes del ambiente que les rodea, faltaría más.
El juego trata de darles a conocer partes del mundo que les rodea y que luego serán herramientas para su vida común. Emplearán todos los sentidos en elegir qué les gusta más y en posteriores sesiones elegirlos con preferencia a otros.
La caja o cesto no debe ser muy grande, para que esté lleno de objetos y se ofrezcan visualmente al niño. Sentados en el suelo sobre una alfombra o un lugar cómodo se le ofrece la canasta y se les deja hacer. Puede estar un niño o varios amiguitos con el mismo cesto, jugando o cogiendo los diversos objetos. Siempre un adulto debe vigilar qué hacer con todos ellos.
Los objetos deben ser de materiales naturales, nunca con piezas pequeñas que puedan desmontar o morder, ni con aristas. El sentido común es el mejor sentido de los padres para elegir estos objetos. Maderas, mimbres, cartón, lanas, pequeñas muñecas de tela, saquetes de lanas, etc.
Los padres no debemos intervenir en el juego, sino controlar para que haya seguridad y limpieza. Es un juego de y entre niños. Si hay un niño solo si se puede jugar a entregar y recoger, a nombrar y pedir. El niño elije y es esta la principal idea del juego, que aprenda a elegir, a volver a elegir otro día, a conocer y seleccionar objetos. El tiempo de juego puede ser de entre 30 y 60 minutos. Y los objetos deben cambiarse de vez en cuando para que ellos vean que hay diferentes y que pueden elegir otros que no conocían.