Defenderse de la competencia no siempre es fácil, pues ellos también saben plantear retos para crecer. Para ello debemos tener claro que lo que nos puede servir para crecer no nos sirve para mantenernos y lo que sirve en un periodo dado de la economía del país puede ser un lastre cuando al condiciones económicas cambian.
Por ello, la flexibilidad es una constante y un activo a tener muy en cuenta.
Pero la flexibilidad no siempre —y solo— debe ser en el empleo, en el tamaño de la empresa o proyecto. Muchas veces —casi diría que la inmensa mayoría— deben ser cambios estratégicos los que inicien la adaptación a los nuevos tiempos, con independencia de que en ellos haya reformas del tamaño que afecten a las personas, la parte más dura de toda reforma.
Danone por ejemplo sigue siendo la marca en su sector líder en España y algunos países de Europa en cuanto a productos lácteos. Esta multinacional fundada en España en el año 1919 ha visto bajar su facturación en un 25% con la crisis y la pérdida de poder adquisitivo de los clientes. Es imposible absorber eta bajada si no va acompañada de cambios en el tamaño pero sobre todo de modificaciones en las estrategias empresariales que logren parar la sangría.
Los productos son de alta calidad y aquí no se puede realizar nada. Pero tienen la imagen de ser los más caros del mercado y a veces lo son. Luego aquí si que han realizado lo básico, intentar adaptar el precio a lo que pueden soportar los ciudadanos con crisis. Menos precio supone menos facturación si no se logra producir y vender más.
Así que junto al intento de vender más productos que sin duda supone la reacción de la competencia que intenta no perder cuota de mercado ya lograda, Danone optó por ampliar sus departamentos de investigación para ofrecer productos nuevos con alto valor añadido a sus clientes, que se logren diferenciar de las marcas blancas, al ofrecer productos distintos. Además de ajustar el precio pagado a sus proveedores y adelgazar su tamaño incluidos los altos cargos, se realizan algunas estrategias más. Se inician ofertas puntuales de productos que se quiere promocionar para darlos a conocer o para que no se olviden en la memoria de calidad del consumidor y se crea una línea de productos con una nueva marca, Gervais, con precios más ajustados pero que no es una marca blanca para que el nombre de la empresa permanezca fiel a la idea de alta calidad. Se amplía el mercado de lácteos que inciden en la salud del cliente aportándole nuevos productos que intentan mejorar sus problemas y además entran en el negocio de las empresas de servicio de restauración creando una línea de locales de yogurterías, para insistir en la calidad y en que su nombre esté en el mercado desde más puntos de vista.