Ayer en Zaragoza el psiquiatra Luis Rojas Marco apuntó una actividad muy beneficiosa para las personas con problemas de salud mental leve o medio. Hablar es muy sano.
Hablar con personas, con los animales domésticos, con las plantas o consigo mismo. Hablar en voz alta para escucharnos, explicar lo que sentimos, hablar de nuestro estado de ánimo, explicar en voz alta nuestros terrores, los miedos, las preocupaciones, los momentos buenos. Poner palabras en alto a nuestros sentimientos para explicar y con ello entender mejor lo que nos ocurre.
Incluso hablar es bueno para el corazón, según apuntaba Luis Rojas Marco a través de las experiencias que le relata el cardiólogo Valentín Fuster. Hablar reduce el estrés, las pulsaciones, la tensión arterial. Ayuda a la extroversión.
No llevamos bien el silencio, el tragarnos los problemas y mascullarlos desde dentro. Cuando tenemos problemas hay que contarlos, sacarlos y escucharlos en voz alta. Hablar por teléfono, comunicarnos de la forma que tengamos a mano. Entendamos que la palabra “desahogarnos” viene de “quitarnos el ahogo”.
Cambiar nuestros problemas hablándolos, y buscar parcelas pequeñas de nuestra vida que nos den felicidad. Apuntar en una hoja qué nos da felicidad y junto a esto seguir escribiendo aquellos aspectos que nos dificultan encontrarla. Hay que trabajar estos aspectos que ponen freno para lograr el objetivo.
El ejercicio físico, en el exterior pero también en el hogar, sirve para ayudar y mejorar el estrés y para ello es fundamental estar motivado a realizar ejercicio, pues la suma de motivación y ejercicio es la mejor prevención posible para ayudar a sentirnos mejor ante la adversidad de la vida.