Todo lo que es bueno para comunicar
tiende a ser bueno para poder manipular. Los medios de comunicación son
excelentes formas de controlar, modelar, poniendo o quitando, pero siempre
empleando un lema básico.
“Nunca se debe
notar la manipulación”
Nunca se debe notar por la mayoría; como
es lógico siempre hay grupos sociales, los peor tratados, que notan en sus
propias carnes la manipulación. No tanto por el maltrato como por los
silencios. En estos tiempos se juega mucho más y mejor con la distorsión leve,
con los silencios elegidos, con los titulares cocinados, con elegir los temas
de los que hay que hablar y de los que hay que casi callar.
Cuando los medios de comunicación serios,
los que cobran por su producto, se quejan de su bajada de ventas o publicidad,
que es lo mismo, se olvidan que a menudo no saben disimular y juegan a ser poco
imparciales. Y a no hacerlo bien. Se salvan las televisiones en los programas
de entretenimiento por eso no es de extrañar que algunos p0olñiticos también
caigan dentro de ellos pues no hay muchas posibilidades de salir en directo y
con tu propio mensaje sin recortar. A los programas de opinión solo acuden los
fieles y allí el valor de las intervenciones en menor. Acudir a los contrarios
es casi perder el tiempo. Así que se debe buscar programas “normales”, donde
están escondidos los indecisos.