Esta fotografía de Sakchai Lalit nos muestra a unos monjes budistas tailandeses llamando a una paloma en la zona de espera en la estación de tren en la ciudad de Hua Lampongen Bangkok.
No merecería más atención si no se juntaran algunas condicionantes muy interesantes. El color de las vestimentas. Los pies descalzos. La edad de ambos personajes. El diálogo entre los tres personajes, los dos monjes y la paloma que pasa de todo. La mirada del monje más joven hacia la mano del de más edad que nos lleva en un movimiento rápido a mirar la paloma.
Es un juego perfecto, un cuadro al que le sobra la bolsa azul, la brillantez excesiva de la bolsa blanca. Pero una fotografía no es un cuadro, una fotografía es vida, es realidad, es aceptar lo que nos encontramos.