Es muy sencillo juzgar lo que hacen los
demás desde la posición del que nunca tiene que tomar una decisión, del que
nunca tendrá que gestionar quién se presenta a tomar decisiones y a ser criticado por ello.
Ante toda decisión hay diversos
puntos de vista, pero sobre todo hay mucha información detrás, que te lleva a
tener que decidir por una posibilidad o por la otra.
Sin empatía, sin ponernos
en el puesto del otro, sin analizar el momento histórico de la decisión, sin conocer
bien todo lo que rodeaba al momento y la situación que llevo a las personas a
tomar una postura u otra…, es muy complicado criticar.
Pero sin duda, siempre, está la facultad
de juzgar si se cometieres errores, si las decisiones aportadas fueron
equivocadas o un acierto.
Pero para eso es necesario un análisis serio y no una
simple visceralidad del momento.