La vida está llena de curiosidades, de contradicciones, de literalmente idioteces que abusan de las relaciones con la sociedad.
Todos queremos cambiar la humanidad, no nuestro barrio, no nuestra familia, no, totalmente toda la humanidad. Para qué vamos a ir con chiquitas. Pero en cambio ninguno creemos que debemos empezar por nosotros, que es además lo más sencillo.
Las emociones también se pueden emplear con inteligencia, con devoción incluso, con las ganas de mejorar todas las interacciones de las personas.
Si creemos que no es necesario que cambiemos nosotros para que cambie la sociedad, es que nos creemos una mierda sin importancia. Y está muy feo no valorarnos algo más.