En Boston tras la muerte impune de dos ciudadanos a manos de la policía, los vecinos han salido a la calle a llorar, a no poder respirar por los gases lacrimógenos, pero sobre todo por lo enrarecido del ambiente social, donde ser negro sigue siendo un problema para su propia seguridad.
Esta chica lleva los ojos rojos de los gases lacrimógenos y de la injusticia. No sabemos bien qué le pica más. Fotografía de Brian Snyder.