El daño cultural e incluso mental que no está produciendo la globalización mal entendida es brutal, con humor o con mala hostia, que me daría igual.
Estos días se puede ver en algunos comercios regentados por personas orientales estas “cosas” que simulan a un Papá Noel montado en una mezcla entre camello y dromedario y con un látigo en la mano.
Es la mezcla perfecta entre Rey Mago y Papá Noel, posiblemente según la tradición china.
Ellos no saben diferenciar entre Rey Mago y Papá Noel, pero al final como son muchos lograrán que nosotros también dudemos.