Abraham Maslow fue el primero que publicó una jerarquía de necesidades de las personas, dentro de una teoría de comportamiento y motivación de las personas, que con algunos pequeños retoques sigue en activo hoy en día, aunque criticado por diversas escuelas psicológicas.
No es solo una pirámide de necesidades para temas psicológicos sino también empleada en publicidad, o incluso para entrar dentro de las personas y ser más eficaz y fácil la venta, es decir, para manipular —aunque sea levemente— las decisiones.
Es verdad que toda simplificación de los comportamientos humanos resulta muy sencillo de criticar pues las personas somos infinitamente variables, pero las generalidades sirven para entender mejor los comportamientos medios y las necesidades básicas sobre las que vamos ascendiendo y con ello modificando nuestra relación con todas ellas.
Algunas son imprescindibles y todos las tenemos muy presentes, mientras que otros escalones no son tan necesarios para un determinado número de personas.
Realizó cinco pasos o divisiones en esa estructura interior en la que todos vamos subiendo peldaño a peldaño, en busca de la excelencia, de la humanidad, del sentirnos realizados como personas.
El escalón mas básico son las necesidades fisiológicas. Necesitamos respirar, comer, dormir, evacuar, tener sexo, estar vestidos, tener una cueva, poseer cosas, tener salud, podernos lavar.
El segundo escalón es sentirnos seguros, saber que si algo falla alguien nos ayudará, tener un trabajo, estar dentro de una familia.
El tercer peldaño se refiera a lasnecesidades de pertenecer a una sociedad, a poder hablar con más personas, a ser aceptado en una ciudad, en un barrio, en una comunidad. A tener intimidad, a reconocer tu pertenencia a una cultura.
El cuarto escalón nos lleva al reconocimiento por parte de los demás, a saber que somos respetados, a notar que tenemos éxito o que podemos tener fracasos, a sentirnos seguros por nuestras propias capacidades, a darnos cuenta que estamos logrando cosas por nuestro respeto, a que somos queridos, incluso a que tenemos poder o fama.
Y por último en la punta de la pirámide tenemos el quinto escalón que habla de nuestra autorrealización, de saber que somos capaces de ser importantes, de que lo que hacemos es muy válido, o que nuestra forma de pensar sirve para otros.
Es la sensación de saber que debes compartir, que es importante lo que haces pues sirve para otros.