Si en tu empresa has detectado problemas de convivencia, si hay conflictos entre algunos compañeros de equipo o lo que es todavía peor, has detectado que se han formado dos grupos de personas con antagonismo claro en las relaciones personales y por ello también en las laborales, debes actuar con urgencia. Un equipo no pueden ser dos equipos que parezca que se llevan bien. Al final si tienen que trabajar juntos, surgirán conflictos. Veamos 8 detalles a tener en cuenta para ver si es necesario evitarlos.
Lo primero es tener suficiente información del problema, averiguar por qué se ha producido, quien lidera cada parte del problema, cuales son las notas de discordancia y cual ha sido el detonante. Hay que detectar los componentes de cada grupo y con calma, y de forma ajena al conflicto analizar las motivaciones. No es hora en esta fase, de tomar partido, sino de saber.
Analice el problema con calma, busque una solución o varias antes de hablar con los implicados, tome partido por las soluciones, nunca por las motivaciones. Diseñe las reparaciones y las partes que cada grupo debe ceder en el conflicto. Y cuando tenga todo más o menos diseñado…, es el momento de pasar a la siguiente fase.
Hable con ellos, con los líderes del problemas o con todos a la vez o por separado. Cada problema y cada grado de violencia que ya está enquistada necesita una implicación diferente y una apertura del problema distinto, desde el director del equipo a todos y cada uno de las personas que forman el equipo. No deje a nadie sin ser escuchado.
No recrimine, no de la razón a nadie, sea positivo, agárrese a los puntos de convergencia entre las partes, minimize las diferencias y lo que separa a los grupos pero dando importancia al problema. Lo importante es la solución.
No debe intentar resolver los problemas de tipo personal, solo los de tipo profesional, laboral, de relaciones en el entorno del equipo. Los otros ya se irán mejorando con la relación más suave en el entorno laboral.
Apele a la profesionalidad de todos los implicados, a la comprensión de que todos admitimos de antemano que en la convivencia existen problemas y roces inevitables. Elogie los éxitos logrados por el equipo, por las dos partes, por todas las personas. Nunca en estos casos elogie a uno solo, pues nunca deben notar que se posiciona a favor de una de las partes ya que eso es posicionarse en contra de la otra.
Lleguen a los necesarios acuerdos de convivencia, de cambios, de modificaciones de hábitos en el grupo y póngalos por escrito y firmados. Las partes intentarán meter algunos cambios más, admítalos pero usted introduzca también algunas modificaciones sobre lo primeramente acordado, que sirvan para una productividad mejor. Todo leve, suave, con buen clima. Pero con firmeza.
Y a las pocas semanas o escasos meses, vuélvanse a reunir TODOS, a revisar lo acordado, a mejorar si es necesario algunos aspectos del acuerdo. Y entre medio recuerde…, que una cena de empresa o una jornada de convivencia es siempre muy positiva.