¿Te crees una persona normal? Bien, pues entonces sabrás perfectamente lo que es el miedo, la ansiedad, la depresión leve, la ira, incluso el pánico. Todas estas situaciones son normales en nuestras vidas, no nos atenazan, no nos bloquean, las logramos dominar, pero son normales e incluso en según qué tipo de personas o situaciones laborales o vitales, casi habituales.
Una cosa son las molestias, las emociones fuertes o duras, y otra cosa es que estas nos dominen y no podamos manejarlas bien. O incluso se que asienten en nosotros y duren excesivamente o se repitan sin motivo o sin control.
Estar mal ante la vida es tan natural como estar bien. El conflicto nos viene cuando no sabemos diferenciar los momentos o cuando estas situaciones se apoderan de nosotros y de nuestras respuestas de reacción. No es agradable estar deprimido, tener ansiedad, tener miedo o un ataque de ira. Pero sobre todo no es agradable que no sepamos controlar el momento, que perdamos el sentido de nuestra propia responsabilidad como personas. Aunque nos encontremos mal, nadie ni nada nos impide seguir comportándonos con inteligencia emocional, con sentido justo y responsable.
Nunca somos culpables de estas situaciones, pero siempre somos responsables de ellas y los que debemos controlarlas y asimilarlas. Dominarlas en fin, para que ellas no nos dominen a nosotros. Y recuerda que si de una de estas molestias que tienen muchos grados de ataque, te caes y quedas dañado, lo que hay que hacer es levantarse y limpiarse los polvos. Nunca quejarse más de la cuenta, pues no sirve de nada. Aprende de la caída y levanta la vista en busca de la siguiente.