Ferrán Adriá, que fue mi jefe y un tipo muy listo, nos enviaba en invierno a trabajar en otras cocinas, para que cuando regresáramos trajéramos otros puntos de vista de otras empresas y viniéramos aprendidos.
Nueva York en los años 90 era la universidad de la vida que todo el mundo debería recibir. Lo sigue siendo.
Tenemos que empezar a aplaudir mucho más el fracaso. Eso hará que la gente tenga menos miedo a tomar riesgos y seamos más emprendedores. Hay que darle más palmadas al que lo ha intentado, que al que lo ha conseguido.
Yo creo que si no te abren la puerta, hay que seguir tocando. Parece que el 'no' es algo totalitario. Hay que seguir llamando a todas las puertas.
Me encanta EEUU y que tengan tanta iniciativa, cómo celebran el éxito y cómo aprecian el intento en el fracaso. Es un país que se ha creado por inmigrantes y es gente que ha arriesgado mucho.
El río hace más ruido que el lago, pero el lago es mucho más potente y poderoso.
Si nos quedamos callados, somos partícipes de la injusticia. Tenemos que empezar a hablar de una forma lógica y levantar la voz para que se nos oiga.
Veo mucha radicalidad en España. Todo el mundo habla de cuan radical es el otro sin reflexionar sobre quién eres tú. A veces parece que no se sabe ni por qué se lucha. Se habla del 'yo me merezco', pero nadie habla de las responsabilidades individuales con respecto a la sociedad. Me da la sensación de que esos valores no se enseñan aquí y me gustaría que hubiera líderes que educaran en esos valores.
Históricamente en España somos muy creativos, pero no sabemos aplicarlo a modelos de negocio. El secreto no es que todo el mundo sepa que el gazpacho está buenísimo, sino que nadie exporte más tomates y pepinos que nosotros.
Si un señor inventó la Coca Cola como un medicamento, y acabó convirtiéndose en un refresco mundial, ¿por qué el gazpacho no puede ser exactamente lo mismo? El gazpacho va a ser la sopa del cambio climático, mientras haya tomates y pepinos.
Sigo teniendo muchas incertidumbres y muchos sueños. La vida es un gran horizonte donde tienes esperanzas y sueños. Vas andando y el horizonte parece que está ahí, pero nunca llegas a él. Aparece una puesta de sol o algo que hace que cambies. Pero lo que sí estoy disfrutando es el camino hasta ese horizonte. Igual el éxito es disfrutar ese camino.
A veces me cuesta irme a la cama, me jode pensar que me voy a perder algo.
José Ramón Andrés Puerta (Mieres, 1969) - Cocinero