Si quieres triunfar en tus trabajos debes tener claros tus objetivos y así lograrás tomar las decisiones más de sentido común pero a la vez más estratégicas para cumplir con tus metas ya marcadas.
Hay que fijarse hacia qué objetivos te quieres dirigir, planificar los objetivos a corto y medio plazo, tener muy claro hacia donde quieres ir y poner todos tus conocimientos al servicio de esas metas ya marcadas por ti.
Hay que fijarse hacia qué objetivos te quieres dirigir, planificar los objetivos a corto y medio plazo, tener muy claro hacia donde quieres ir y poner todos tus conocimientos al servicio de esas metas ya marcadas por ti.
No te pares, debes asumir desde el principio la realidad de que avanzar hacia un objetivo supone tener riesgos que deben valorar pero sobre todo conocer, antes de que se produzcan y detectar en el momento preciso.
La respuesta ante los riesgos que te vengan debe ser rápida, y para ello nada hay mejor que haberlo valorado antes.
La respuesta ante los riesgos que te vengan debe ser rápida, y para ello nada hay mejor que haberlo valorado antes.
Si quieres triunfar debes saber tomar las decisiones correctas en cada momento.
Pero para ello debes tener documentación con anterioridad de todo lo que vas a realizar y dejar apuntado todo lo que estás en ese momento haciendo.
Nunca sabrás en qué momento tendrás que revisar lo realizado y lo que habían pensado realizar y no pudiste. Todo lo que está escrito se puede repasar, medir, volver a valorar, modificar, repetirlo con los cambios realizados.
Pero para ello debes tener documentación con anterioridad de todo lo que vas a realizar y dejar apuntado todo lo que estás en ese momento haciendo.
Nunca sabrás en qué momento tendrás que revisar lo realizado y lo que habían pensado realizar y no pudiste. Todo lo que está escrito se puede repasar, medir, volver a valorar, modificar, repetirlo con los cambios realizados.
A veces se tiene que ir contra lo establecido, hay que tomar decisiones difíciles, que no es posible explicar con claridad. No importa, eso se llama riesgo y hay que asumirlo y hacerlo fácil. Pero siempre sin perder el control, sin dejar en manos de otros el volante de las decisiones.
Si las cosas van mal, aprieta los dientes y sigue. Sólo se abandona cuando sea imposible continuar y es inevitable hundirse. En ese momento revisa los apuntes, pues seguro que en algún lugar pusiste la tabla de salvación bien apuntada.
Pero mientras haya vida, hay esperanza. No te retires cuando las cosas vayan mal, sino cuando te ves obligado a tomar decisiones que no quieres tomar.