Acabo de ver la película “Nunca es demasiado tarde”, una excelente historia de Uberto Pasolini, que en su nombre original se titula “Naturaleza muerta” o "Still Life", en esos ejercicios curiosos a la hora de renombrar las películas para España.
Es un constante ejercicio de soledad, de melancolía, de amistad, de dolor carnal, de tristeza que se va convirtiendo en alegría hasta que un golpe de suerte convierte todo otra vez en tristeza, para volver a resurgir al final la lógica alegría del trabajo bien hecho. Como unos círculos donde lo de menos es lo que se ve, sino lo que se siente, lo que se percibe, lo que se escucha. Es el ARTE de la tristeza que se convierte en alegría. El arte de la soledad que se llena de gente.
Es una película para escuchar, no para ver. Aunque sin verla todo lo que se escucha es totalmente diferente. No se puede añadir nada a la película ni a los comentarios. Excepto que su protagonista, Eddie Marsan está de escándalo triste.